La pandemia lo cambió todo, especialmente la experiencia de compra de los clientes. Lo primero que tenemos que pensar es en volver a posicionarnos en el mercado, ya que muchos clientes han cambiado sus hábitos de compra. Asimismo, es muy probable que algunos no sean más clientes; pero, igualmente, seguro se ganaron otros. Por eso debemos volver a posicionarnos como farmacia con una identidad sólida para su comunidad de clientes.
También debemos apuntalar los clientes lo antes posible y tratar de fidelizarlos, ya que hay una fuga constante de clientes que son tentados por la competencia a través de medios digitales. Es por eso que debemos implementar urgente un programa de fidelización y gestión de clientes para comenzar a saber quiénes son, qué consumen y así comenzar a comunicarnos con ellos para hacerles saber que estamos a su disposición mostrando nuestros servicios, propuestas, ofertas y promociones.
Un aspecto fundamental es que debemos ser proactivos; ya no se puede esperar que el cliente venga a la farmacia, es necesario entender sus necesidades y ofrecerle productos que satisfagan las mismas.
Por último refrescar permanentemente la relación con nuestros clientes, trayendo novedades, estando informados de los nuevos productos, y ofrecerlos y sorprender con reconocimientos y premios por su lealtad.
En definitiva, cuidarlos; implementando un sistema de comunicación inteligente que recoja cada interacción del cliente con la farmacia y así poder dar respuesta, manualmente o de manera automática, a sus necesidades e intereses.